Zaragoza, 13 feb (EFE).- Un estudio de la Universidad de Zaragoza vincula la práctica competitiva de ciclismo con mayor riesgo de osteoporosis y el decrecimiento en salud ósea,
El trabajo, desarrollado por el grupo de investigación Genud (Growth, Exercise, Nutrition and Development) de la Universidad de Zaragoza, ha sido publicado recientemente en la revista “BMC medicine” y también incluido en el compendio “Advances in Sport Nutrition, Exercise and Medicine”.
La investigación, dirigida por el científico Germán Vicente, señala que coexisten numerosos factores que median en la relación entre la práctica del ciclismo y sus efectos negativos en la salud ósea, como la edad, el género, la dieta, el perfil hormonal o el estilo de vida, ha informado la institución académica zaragozana.
Así, en el estudio se destacan como principales factores de riesgo las horas en bicicleta y la intensidad del entrenamiento, lo que coloca a los profesionales del ciclismo en el grupo de mayor peligro.
Los científicos del grupo Genud revisaron de forma sistemática más de 200 publicaciones para su trabajo, en el que detallan los resultados de 30 estudios en inglés y español desde 1965
Alrededor de un 40 por ciento de los ciclistas profesionales adultos presentan osteopenia a medida que van envejeciendo, comúnmente considerada como el principio de osteoporosis, provocando fragilidad en los huesos, lo que reduce su densidad mineral a -1 sobre el -2,5 que implica la osteoporosis, han informado las mismas fuentes.
Por este motivo, los investigadores de Genud recomiendan que personas con riesgo de padecer esta enfermedad ósea compaginen el ciclismo con otras actividades que proporcionen un estímulo ostogénico adecuado para un correcto desarrollo óseo.
Esas otras actividades podrían ser saltos, entrenamientos de fuerza o la práctica combinada con otros deportes de mayor impacto, todos ellos ejercicios que generan tensiones dentro del hueso y ayudan a que absorba calcio, reestructurándolo.
La investigación de la Universidad de Zaragoza ha contado con financiación del Ministerio de Ciencia y Educación, el Instituto de Salud Carlos III y el Consejo Superior de Deportes. EFE