La correcta selección de pacientes y de dosis, clave para optimizar los beneficios de los suplementos de calcio y vitamina D

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Tema controvertido de debate en el XXII Congreso Nacional de SEIOMM

  • Todos los tratamientos farmacológicos específicos contra la osteoporosis deben asociarse a suplementos de calcio en caso de bajos aportes en la dieta y a suplementos de vitamina D cuando se demuestra déficit
  • Los suplementos de calcio, a pesar de sus demostrados beneficios sobre la salud ósea, plantean controversias sobre su impacto en la salud cardiovascular de algunos grupos poblacionales
  • La ingesta dietética de calcio en España está por debajo de las recomendaciones, así como los niveles de vitamina D, a pesar de vivir en un país eminentemente soleado
  • Las cremas de protección solar con factor superior a 8 impiden la capacidad del sol para generar vitamina D

Elche, jueves 26 de octubre. El calcio y la vitamina D son elementos imprescindibles para asegurar una buena salud ósea, pero cuando se requieren suplementos resulta imprescindible elegir las dosis adecuadas y seleccionar a la población óptima para maximizar sus beneficios para la salud y minimizar algunos posibles riesgos.

Sobre esta controversia se centra hoy una sesión de debate, que tiene lugar en el marco del XXII Congreso Nacional de Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM), que está celebrándose en el Centro de Congresos de Elche. Bajo el título “Suplementos de calcio y vitamina D: ¿buenos o malos para las fracturas y/o eventos cardiovasculares?”, los doctores Manuel Sosa Henríquez, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria (Las Palmas de Gran Canaria), y Adolfo Díez Pérez, del Servicio de Medicina Interna del Hospital del Mar (Barcelona), defienden, respectivamente, argumentos a favor y en contra del uso de los suplementos de calcio y vitamina D.

Pacientes distintos, distintas necesidades y efectos

Tal y como resume esta controversia el moderador del debate, el Dr. José Luis Neyro, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Cruces en Barakaldo (Bizkaia), “las dudas sobre los suplementos de calcio se mantienen seguramente porque en muchas ocasiones hemos mezclado las necesidades de pacientes afectadas/os de osteoporosis (todos los/as cuales necesitan la adición de calcio y de vitamina D a sus tratamientos farmacológicos, de acuerdo con la evidencia científica), con los requerimientos particulares que pueden tener las personas no enfermas pero que por tener más de 50 ó 60 años precisan cuidar su esqueleto, evaluar periódicamente sus niveles de vitamina D e, incluso, adecuar la ingesta de calcio”. Efectivamente, sentencia este experto, “no son el mismo grupo de pacientes, ni sus necesidades de calcio son las mismas”.

En lo que respecta a su efecto sobre la salud ósea, no hay margen para las dudas. El calcio y la vitamina D son elementos nutricionales fundamentales en la salud ósea a lo largo de toda la vida, así como en la consecución y mantenimiento del pico de masa ósea. En el tratamiento de la osteoporosis, la ingesta adecuada de calcio y la replección de vitamina D resultan críticos para maximizar, en términos de eficacia antifractura, la respuesta a tratamientos osteoactivos (anticatabólicos y anabolizantes).

“Los tratamientos farmacológicos contra la osteoporosis han demostrado ser eficaces siempre que el paciente tenga un aporte suficiente de calcio y de vitamina D, utilizando suplementos para ello en dosis diversas”, afirma el Dr. Neyro. Por otro lado, algunos meta-análisis han señalado que la vitamina D y el calcio son capaces de reducir el riesgo de nuevas fracturas, pero solo cuando se administran juntos y no cuando se aportan de forma separada. Las dudas, según especifica el Dr. Neyro, “se plantean en cuanto a las dosis a utilizar de cada uno de ellos, en cuanto a si es mejor el calcio dietético o farmacológico, respecto a los tiempos de administración en diferentes grupos de edad y también en lo referente a los posibles riesgos de su empleo a largo plazo”.

También plantea dudas el posible efecto de los suplementos de calcio sobre la esfera cardiovascular. Por eso, recomienda el Dr. José Luis Neyro, “hay que ser prudentes en este tema y diferenciar claramente el estado de salud previo del paciente concreto, sus comorbilidades y, sobre todo, su sexo, ya que los comportamientos del calcio a largo plazo parecen diferir en hombres y en mujeres”.

Niveles necesarios de calcio y vitamina D

Los requerimientos diarios de calcio se estiman adecuados entre 1.000 y 1.200 mg y pueden obtenerse con relativa facilidad a partir de la dieta, o mediante alimentos suplementados. Sin embargo, una parte sustancial de la población no alcanza estos requerimientos; además, pacientes con intolerancia a la leche, limitación de la secreción gástrica por edad, de causa autoinmune, por el empleo de determinados fármacos, gastrectomía u otras causas o malabsorción, precisarán suplementos de calcio nutricionales o farmacológicos.

Los requerimientos de vitamina D se estiman en 800-1.000 UI, pero pocos alimentos la contienen, y la síntesis cutánea, incluso en áreas de alta insolación, resulta insuficiente, para obtener niveles séricos de 25(OH)D adecuados (marcador del estatus corporal en vitamina D por encima de los 30 ng/mL), necesarios para una respuesta biológica óptima en hueso y otros órganos y tejidos diana. Por ello, cuando estos niveles son insuficientes, debe efectuarse suplementación mediante vitamina D farmacológica o aumentar la ingesta dietética de alimentos enriquecidos en vitamina D.

La mujer necesita un gramo diario de calcio hasta su menopausia y 1.5 gramos a partir de ella (si no toma terapia hormonal); según indica el Dr. Neyro, “la mejor manera de adquirir el calcio es incorporando a la dieta las verduras de hoja verde (rúcula, espinacas, acelgas, berros, canónigos., y, sobre todo, brócoli), así como pescados azules (sardinas, salmón…), naranjas, frutos secos y lácteos en abundancia”.

Respecto de la vitamina D, es sabido que su producción endógena disminuye después de los 50 años; “ese parece ser un buen momento para determinarla en sangre y empezar a cuidar sus niveles, pero sin confiar solo en la dieta para conseguirlos”, advierte el experto del Hospital Universitario Cruces.

Actualmente, como destaca la Dra. María Jesús Moro Álvarez, vicepresidente de la SEIOMM, “la ingesta dietética de calcio en España está por debajo de las recomendaciones”. Cuando se considera el total de los alimentos, la ingesta de calcio dietético es de 991 ± 359 mg; el aporte estimado de calcio en forma de lácteos es de un 70% y un 30% de otros alimentos (lo que supone unos 200-400 mg/día).

El calcio administrado con la dieta tiene diversas ventajas sobre el administrado farmacológicamente en forma de suplementos: la más importante es que por sí mismo optimiza el pH gástrico, lo que facilitará su absorción; además, el/la paciente no tiene sensación de estar en tratamiento, lo que significa una gran mejoría en su calidad de vida, mejorando la adherencia, algo fundamental en tratamientos crónicos”, apostilla la vicepresidenta de la SEIOMM.

La paradoja de la vitamina D en España

Especialmente llamativo es el déficit de vitamina D en la mayor parte de la población española. El problema está en que las personas de nuestro país no hacen una exposición solar regular a lo largo del año y en la cantidad necesaria, ni siquiera en las zonas más soleadas”, argumenta el Dr. José Luis Neyro; además, añade, “los que vivimos en la España verde solo disponemos de unas 1.500 horas de sol al año, y eso es muy poco”. Junto a esto, se sabe que el sol solo es capaz de fabricar vitamina D en casi todo el hemisferio norte entre mayo y octubre, y ello tomando 15 minutos de sol en cada jornada y al mediodía. Por otra parte, las cremas de protección solar con factor superior a 8, de uso generalizado, invalidan la acción del sol sobre la piel para fabricar vitamina D.

Todo ello explicaría que los niveles de vitamina D más bajos de España se registran entre las mujeres de Córdoba y de Las Palmas de Gran Canaria, de acuerdo a los resultados de un estudio en el que han participado los tres expertos que intervienen en este foro de debate, y dirigido por el prestigioso Dr. José Manuel Quesada (Córdoba).

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